¡Ufff! Menudo título más largo que me ha quedado. Espero que Google no me diga nada malo (sic). En serio, yo me disponía a hacer un pan, en este caso un Bollo dulce portugués que por un lado me recuerda mucho a un suizo con las lógicas diferencias, ¡por supuesto! Y Verónica nada más verlo terminado, a eso de las 00.30 de ayer o mejor dicho de hoy mismo antes de acostarnos, me dice eso es un Bollete de toda la vida, solo que en Orihuela le ponen azúcar por encima.
Sí. Si alguno está casado con una Oriolana u Oriolano, descubrirá a lo largo de su vida que todo lo que en el resto del mundo se conoce con un nombre allí tiene otro nombre. Y no solo me refiero en este caso al Bollo dulce portugués. Por ejemplo a bucear se le dice capuzarse, a los zapatos papes, a la comida papas, el ir rápido por la calle que me llevas a pijo sacado, y así podríamos poner una infinidad de ejemplos y casos hasta rellenar un diccionario de Oriolano.
De verdad que yo no sé si es lo mismo o no un Bollo dulce portugués que un Bollete, pero si Verónica lo dice, pues oye, yo la haré caso.
Ya lo dice por algún sitio de mi blog, Galletas, postres y mucho más. Y ya lo dije alguna vez, quiero que sea ante todo un blog dulce. Pues oye también hay una infinidad de panes y masas “panificables” (toma palabro), que son dulces. En principio tengo pensado hacer dos, aunque nunca se sabe, pero si queréis saberlo tendréis que seguir leyendo El Monstruo de las Galletas.
La receta está sacada de El aprendiz de panadero, un libro extraordinario, con alguna pequeña variación. Los ingredientes son para dos Bollos, cada uno de unos 400 gr.
Para la esponja:
65 gr de harina de fuerza
15 gr de azúcar
7 gr de levadura instantánea
120 ml de agua
Para la masa:
85 gr de azúcar
7 gr de sal (1 cucharadita)
35 gr leche entera en polvo
60 gr de mantequilla en pomada
2 huevos grandes a temperatura ambiente
1 cucharadita de esencia de vainilla
2 cucharadita de agua de azahar
380 gr de harina de fuerza
60 ml de agua a temperatura ambiente
Cómo hacer un bollo dulce portugués…
… o un bollete de toda la vida.
Primero hacemos la esponja. Recibe este nombre la masa que queda líquida y que al fermentar parece una esponja. Mezclamos todos los ingredientes en un bol hasta conseguir que la harina quede totalmente mezclada. Tapamos con film y dejamos fermentar hasta que crezca la esponja. Por lo general y dependiendo de las condiciones ambientales suele tardar de una hora a hora y media.
Hacemos la masa. Mezclamos el azúcar, la sal, la leche en polvo, la mantequilla hasta obtener una crema. Mucho más fácil hacer todo el proceso con una batidora de masas (yo tengo la Kitchenaid, en plan americano total). Después le añadimos los huevos y las esencias. Mezclamos. Añadimos la harina y la levadura y mezclamos. Vamos añadiendo poco a poco el agua, solo lo necesario hasta obtener una masa fina y muy suave. Si nos pasamos y nos queda una masa pegajosa añadimos un poco de harina, pero siempre será mejor pasarse en agua que en harina. Amasamos unos 15 minutos a mano y unos 10 minutos en maquina.
Humedecemos con aceite la masa y un cuenco y la dejamos reposar y fermentar durante unas dos horas hasta que doble el tamaño.
Cogemos la masa, la desinflamos un poco y la partimos por la mitad para formar dos bollos. Cogemos una de las dos mitades con las dos manos y hacemos una bola. Tensionando la capa superficial de la masa hacia abajo y hacia dentro. Dejamos la zona de la grieta que se habrá formado abajo y dejamos fermentar de nuevo hasta que doble el tamaño sobre un papel sulfurado (de horno) en una bandeja. Y de nuevo ligeramente cubiertas de aceite.
Cuando haya aumentado su volumen hasta el doble los pintamos con huevo batido y los horneamos durante 50-60 minutos a 175 ºC. Irán cogiendo un color marrón caoba, como dice el autor del libro, muy “rico”. No temáis que no se quemarán.
Cuando los saquemos del horno los dejamos enfriar sobre una rejilla y ya estarán listos para comer.
De momento yo he comido estos Bolletes de toda la vida a palo seco esta mañana para desayunar. Resultan muy suaves y esponjosos. A la vez el dulce no es empalagoso y podemos engordarlo un poquito más con mermeladas, cremas de chocolate, dulce de leche, etc. Mañana probaré a tostarlo además.